sábado, 8 de mayo de 2010

Principales dimensiones de la RSE

Principales dimensiones de la RSE


La "licencia social" que da la comunidad a la empresa debe ser mutuamente beneficiosa.

Las principales dimensiones que se asocian a un quehacer socialmente responsable son:

* Preocupación por los trabajadores. La calidad de vida laboral es una pieza fundamental en el crecimiento y competitividad de las empresas y es una condición necesaria para calificar a una empresa como socialmente responsable.

* Gobierno corporativo y sistemas de gestión. Una empresa socialmente responsable crea una "cultura de la responsabilidad" y despliega un gran esfuerzo para hacer participar a todos los niveles de la organización de la visión, valores, políticas y códigos de conducta que promueven esta cultura.

* La cadena de aprovisionamiento. La responsabilidad social no se restringe tan sólo a los límites de la empresa. Se extiende de un modo que es muy real y significativo a la cadena de proveedores. El aprovisionamiento responsable incluye las políticas y prácticas de abastecimiento a través de las cuales la empresa incide indirectamente sobre la calidad de vida de los empleados de sus suministradores.

* Producción, calidad y marketing. Actualmente los consumidores, más activos en sus demandas, constituyen un fuerte incentivo para las empresas que desean incorporar la Responsabilidad Social y abordar la producción, calidad y marketing de sus productos.

Este tema atañe directamente a las políticas y prácticas relacionadas con clientes y consumidores, vinculadas a la elaboración del producto y a su comercialización. Implica incentivar la innovación, la calidad y seguridad del producto, el marketing responsable (precio, distribución, publicidad y promoción), la protección de datos y derechos de los consumidores, y la atención al cliente antes y después de la venta.

* Cuidado del medioambiente. La responsabilidad social va más allá de las normativas y certificaciones, y busca que las prácticas sistematizadas de cuidado ambiental se conviertan en un activo para la empresa, a través de iniciativas como la eficiencia energética o el reciclaje que además de contribuir al cuidado y mantención de los recursos, reduce los costos de la empresa.

* Comunidad. Una empresa no es una isla de la sociedad, sino que está profundamente imbricada en las actividades de la comunidad. Por ello, lo que haga o deje de hacer genera impactos inevitables sobre ella, los cuales se espera sean positivos, pero no siempre ocurre así. Si una empresa aspira a conseguir de parte de la comunidad una "licencia social" para operar, debe buscar la forma de establecer una relación que sea mutuamente beneficiosa. Las prácticas responsables hacia la comunidad implican apoyo económico o en especie (productos y servicios, tiempo, conocimiento, etc.). Consiste en colaborar con las comunidades y pymes locales, a través de distintas estrategias: dando prioridad a las empresas locales como proveedoras y estableciendo precios y condiciones justas de pago, ofreciendo servicios básicos, asistencia técnica, capacitación e instrumentos de financiamiento (microcrédito), transfiriendo conocimiento o desarrollando infraestructura y capacidades locales que beneficien a ambos colectivos.

Director ejecutivo del Centro Vincular de Responsabilidad Social y Desarrollo Sostenible, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. En El Mercurio 8-05-2010

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